Riedel, deleite sensorial
Desde que Georg abriera su primera tienda fuera de Austria, las copas Riedel se han convertido en un instrumento indispensable para los sibaritas de más de cien países, que aprecian beber con estilo. A través de catas en todo el mundo con los mejores vinos de diferentes regiones, miles de personas han descubierto que estas copas son el elemento que lleva a la perfección el arte de tomar vino.
Con una herencia de once generaciones de investigación, desarrollo y experiencia en la creación de cristalería funcional específica para variedades de uva, Georg y Maximilian Riedel han logrado reinventar sus logros, llevando a su mundialmente conocida empresa a nuevos niveles. Cada una de sus colecciones es tecnológicamente avanzada, sus finos diseños son un deleite para los sentidos, y su funcionalidad es simplemente perfecta.
La colección Riedel Performance. Su proceso de elaboración es a mano empleando cristal fino, y en su diseño nos muestra un impacto óptico, que además de ser estéticamente bello, aumenta el área de superficie interna con lo que se transforma la apreciación del vino. Ésta es la primera colección que muestra este efecto óptico, y es perfecta para exhibir y degustar nuestros vinos más finos, y se logra con unas finas aletas que se ubican dentro del globo, con lo que se logra que se aumente la superficie interna hasta en un tercio, lo que significa que una mayor parte del vino está expuesto al oxígeno, logrando que se perciba mejor su aroma y sabor.
Servido en una copa ordinaria, el mejor vino pierde sus atributos y se percibe como una sensación de alcohol en boca, dejando una sensación amarga; es ésta clase de experiencias las que alejan a las personas del placer del mundo del vino, pues al no tomarse correctamente, su apreciación dista de ser agradable.
La historia cambia cuando se bebe en una copa Riedel: con tan sólo ver los colores a través de su cristal trasparente, de admirar las piernas que se dibujan en las paredes de la copa, empieza el romance, y se concreta cuando la copa se lleva a los labios, dejando que el vino active zonas específicas de la lengua gracias al diseño específico de la copa. De esta manera, el vino no golpea la punta de la lengua, sino que la acaricia con gentileza, liberando todo el potencial de la uva, hablándonos de su paso por barrica, mostrando los secretos del terroir. Así es como nos enamoramos de los vinos y por eso, las copas Riedel son auténticos instrumentos del placer.
La línea Performance está diseñada específicamente para las variedades de uva Chardonnay, Riesling, Pinot Noir y Cabernet. Su elaboración implica una alta destreza en el modelado del cristal, pues su base se elabora a partir de un pequeño plato de vidrio prensado en una máquina hasta un diámetro de 10 centímetros y luego tirado mientras está fundido para crear un vástago sin añadiduras, un método único que no lo hace nadie más.
Tomados en copas Riedel, los vinos dejan de ser una bebida cargada de historia, para convertirse en auténticas obras de arte, exaltando sus cualidades de una forma asombrosa.
