La Historia de Col d’Orcia

Col d'Orcia es una de las bodegas más históricas de Montalcino.
Excavaciones arqueológicas demuestran que las laderas que dominan el río Orcia han sido habitadas por el hombre desde los Etruscos hace más de 2,500 años. Los olivos de cuatro siglos entre los viñedos de Brunello dan testimonio de las condiciones de suelo y clima excepcionalmente favorables en el Col d'Orcia.

El linaje actual de la finca data del año 1890, cuando los registros muestran que la familia Franceschi de Florencia compró la propiedad conocida entonces como Fattoria di Sant'Angelo en Colle. En 1933, Fattoria di Sant'Angelo in Colle presentó su Brunello en la Exposición de vinos de Siena, una de las primeras ferias comerciales en Italia. Para que un vino sea una verdadera expresión de la tierra, las uvas deben ser del más alto estándar de calidad.
Brunello se convertiría en un vino apreciado y de clase mundial.
Los hermanos Leopoldo y Stefano Franceschi heredaron la finca y posteriormente dividieron sus propiedades en 1958. Los términos de la separación prohibieron a los hermanos usar la Fattoria di Sant'Angelo existente en nombre de Colle. Stefano Franceschi llamó a su granja Col d'Orcia ("colina sobre el río Orcia"). Sin herederos, decidió vender su propiedad a la familia Cinzano de Piedmont en 1973.
La familia Cinzano ha estado activa en el negocio del vino durante muchas generaciones. Utilizaron su extensa red de ventas para distribuir las primeras cosechas del Col d'Orcia, contribuyendo a la fama y el reconocimiento de Brunello en los mercados mundiales.
Bajo la dirección del conde Alberto Marone Cinzano, las siembras llegaron a 70 hectáreas a principios de los años ochenta. En 1992, el hijo de Marone Cinzano, Francesco, asumió el control y continuó aumentando las plantaciones al nivel actual de 140 hectáreas, de las cuales 108 son viñedos designados por Brunello, lo que convierte al Col d'Orcia en el tercer mayor propietario de viñedos de Brunello.
Desde el 27 de agosto de 2010 toda la finca, incluidos viñedos, olivares, otros campos e incluso los jardines se cultivan siguiendo prácticas agrícolas orgánicas. Con esta certificación, Col d'Orcia se convirtió en el mayor productor de vino orgánico de toda Toscana.
Hoy en día se considera a Col d'Orcia como "una isla orgánica" en Montalcino con alma única.
