Bajo el Sol de Los Cabos: Quivira Golf Club

Quivira toma su nombre de una antigua leyenda sobre la siete ciudades de oro. La historia está inspirada en el evento histórico en el que Mérida, España, fue conquistada por los moros en 1150 d.C. Cuenta la historia de siete obispos que huyeron con reliquias religiosas sagradas, con la esperanza de protegerlos de los moros invasores.
Según la leyenda, cada uno de los siete obispos fundó ciudades en tierras lejanas. Una de las ciudades se llamaba ‘Quivira’ y se decía que las calles estaban pavimentadas con oro. Tal fue la promesa que marcó el comienzo de la Edad de Oro de la Exploración cuando exploradores como Coronado, Pizarro y Cortés cruzaron aguas inexploradas para descubrir el nuevo mundo.
Quivira Los Cabos, que vio la luz en 2014, tiene una cobertura de 750 hectáreas, con 4.8km de playas vírgenes, ocupando uno de los escenarios más espectaculares del mundo en la punta de la Península de Baja California Sur, y a tan sólo 10 minutos del Centro de Cabo San Lucas. Quivira Los Cabos, sencillamente eleva la experiencia Cabo por excelencia, atrayendo gente de todo el mundo año tras año.

Quivira Golf Club, concebido como una amenidad exclusiva para los propietarios de Quivira y los huéspedes de Pueblo Bonito Resorts, cuenta con un diseño exclusivo de Jack Nicklaus de clase mundial con deslumbrantes vistas y asombrosas caídas desde el tee hasta la fairway. El nuevo Beach Club dentro del complejo residencial Quivira Los Cabos es un maravilloso espacio con capacidad total de 110 personas.
Entre el mar, el desierto y el cielo azul se encuentra uno de los destinos más fascinantes de México: Los Cabos. La joya de la corona del mundo golfístico de nuestro país se encuentra en aquí, sobrevolando acantilados y dunas. Avistando ballenas que juegan entre las olas y disfrutando de un servicio renombrado, en Quivira Golf Club siempre paso horas de placer infinito.
Con la mejor ubicación frente a la playa de cualquier otro campo de golf en Los Cabos, Quivira Golf Club brinda espectaculares vistas al océano desde todos los hoyos. Aquí, entre liebres, cactus y el rocío de mar, me dejé llevar por una belleza hipnotizante, que nos atrae con fuerza casi magnética y nos invita a perdernos en su inmensidad.
