La magia de Don Melchor

A mediados de los años ochenta nace la historia del vino Don Melchor cuando el desarrollo de vinos de alta calidad en la industria vitivinícola chilena era aún incipiente. De esta forma, comienza a materializarse un gran sueño en Viña Concha y Toro que cambiaría para siempre el destino de los vinos chilenos.
Gracias a la iniciativa de Don Eduardo Guilisasti Tagle quien instó a su hijo Rafael y al enólogo de entonces, Goetz Von Gersdorff, a visitar en Bordeaux, Francia, al reconocido maestro francés Emile Peynaud, considerado el padre de la enología moderna, para presentarle los Cabernet Sauvignon procedentes del Viñedo de Puente Alto. Emile Peynaud supo reconocer de inmediato la excelencia de los vinos provenientes de este terroir y sugirió el nombre de su más cercano colaborador Jacques Boissenot, asesor de connotados châteaux franceses, para liderar este ambicioso proyecto.

El primer vino ícono de la industria chilena celebra más de 30 vendimias. La extraordinaria sensibilidad enológica de Enrique Tirado, junto a su incansable búsqueda, rigor y estudio de los diferentes terroirs le permitió ser designado en 1997 enólogo exclusivo de Don Melchor.
Don Melchor proviene del viñedo ubicado en el Valle del Alto Maipo, a los pies de la cordillera de los Andes y a 650 metros sobre el nivel del mar. El origen de las parras data de las primeras vides traídas desde Burdeos a fines del siglo XIX.
Una de las características más importantes del viñedo es que se encuentra emplazado sobre la terraza aluvial agrícola más antigua del río Maipo, cuyo suelo está compuesto por un alto contenido de minerales, arcilla, gravas y piedras redondeadas debido a la erosión causada por glaciares que avanzaron desde las montañas hacia el valle, arrastrando material que luego se depositó en las terrazas, otorgando un carácter único a Don Melchor.
