La primera Denominación de Origen Calificada de España

Con su variedad de vinos, la D.O.Ca Rioja ha demostrado que beber vino es un placer, una caricia a los sentidos. Sus vinos son la prueba de que el arte de disfrutar bebiendo, al igual que sus uvas, se cultiva. Por su gran variedad y sus características únicas, tienen la capacidad de cautivar a gente de todo el mundo, de hecho, por sus garantías respecto de la calidad y autenticidad de sus vinos, y por el embotellado de origen en toda su producción, es que está amparada por la primera Denominación de Origen Calificada de España.
Para sumergirse en el mundo sensorial de sus vinos, lo primero que se tiene que hacer es probarlos. Nada da más experiencia que probar, comparar, maridar con diferentes comidas, y seguir probando. Mientras más vino se bebe, será más fácil empezar a distinguir los aromas, o describir la sensación que produce en boca.
La delicadeza y el sabor frutal de sus vinos jóvenes son ideales para quienes se inician en este mundo; sus crianza, son el punto intermedio para disfrutar de los tonos frutales pero con notas de madera; los vinos reserva dejan una sinfonía de sabores y aromas con gran presencia; mientras que los vinos gran reserva y su paso profundo y aterciopelado son perfecto para una plática con temas apasionantes.

También están los vinos rosados, que son una delicia para disfrutarse en cualquier temporada del año. Su esenciajovial y aromas repletos de notas frutales, refrescan el alma. Se elaboran ya sea a partir de uvas tintas como la tempranillo, garnacha tinta, graciano, mazuelo y maturana, o de una mezcla de uva tinta y blanca en las que se incluyen la Chardonnay, Sauvignon blanc y Verdejo. Como en la pulpa y en el zumo de la uva hay poco color, para conseguir teñir un vino, lo que hay que hacer es dejarlo el mayor tiempo posible en contacto con la piel, que es la que le da su tonalidad. Para conseguir el tono de los vinos rosados, hay que dejar que el contacto con la piel sea poco, así que su color se obtiene al macerar el líquido con los hollejos de las uvas tintas estrujadas, que es lo que le da el color y aroma antes de la fermentación, logrando una gama de tonos tan amplia como los colores del cielo durante los atardeceres.
Con sus notas de frambuesa, cereza, arándanos y flores, los vinos rosados riojanos se llevan bien con los sabores de frutos rojos, melón y cítricos. Por su suavidad, se les puede usar para preparar cocteles, y funcionan como aperitivos o digestivos. Para servirlos como coctel, hay que identificar si se trata de un rosado dulce, uno seco, uno frutal o uno con toques minerales, además de descubrir sus tonos frutales y florales.
Finalmente, en vinos como en amores, todos los gustos y todas las combinaciones son válidas, en tanto que en nuestros sentidos se sientan armoniosas: el buen beber es un arte sublime, un acto de amor para consentirnos.
