La Vinícola más Antigua de América: Casa Madero

En 1568 Fray Pedro de Espinareda y Francisco Cano exploraron la zona de Patos y el Valle del Pirineo, llamado también Valle de Parras. La tradición empezó cuando conquistadores españoles salieron de Zacatecas a lo que hoy es Coahuila en busca de oro, y, en medio del desierto no encontraron oro, pero sí un verdadero oasis con manantiales de agua y una gran profusión de vides silvestres. Vario años después llegan los jesuitas Jerónimo Ramírez, Francisco de Arista y Juan Agustín de Espinosa al Valle de Parras motivados por el descubrimiento de manantiales y vides silvestres.
Este descubrimiento los motivó a establecer la Misión de Santa María de las Parras y, con las uvas de estas viñas nativas, produjeron ahí el primer vino de la región. Así nace la vinícola más antigua de América: Casa Madero.
El gobernador de la Nueva Vizcaya, Diego Fernández de Velasco, entregó en 1597 la merced autorizada por el Rey Felipe II fechada el 19 de agosto de 1597, con el expreso propósito de plantar viñas para producir vino y brandy dando así formal nacimiento a la Hacienda de San Lorenzo, hoy conocida como Casa Madero, con un documento que certifica su fecha. El nombre comercial adquirido en esa fecha fue el de “Bodegas San Lorenzo”.

Dicho documento certifica que las Bodegas de San Lorenzo es la bodega vitivinícola más antigua de todo el continente americano. Esta vinícola continúa en operación ininterrumpida desde su fecha de fundación hasta hoy en día.
Después de una buena cosecha, la Bodega el lugar donde los expertos enólogos de Casa Madero crean la magia de nuestros vinos es en la bodega. Al ser el vino un producto natural, es necesario tener una atmósfera adecuada y sus bodegas brindan una temperatura, humedad e iluminación totalmente controladas para así proteger los vinos de los factores externos como lo son la fluctuación de la temperatura o de la luz. Los vinos reposan y se desarrollan en barricas de roble americano, francés y de Europa del Este.
